Ernesto Guevara de la Serna nace en la ciudad argentina de Rosario el 14
de junio de 1928, en el seno de una familia con raíces aristocráticas pero con
ideas socialistas. Desde chico sufre ataques de asma y por esta razón en 1932
se mudan a las sierras de Córdoba. Su educación primaria la hizo en su hogar,
de las manos de su madre. En su casa había obras de Marx, Engels y Lenin, con
los que se familiarizó en su juventud temprana.
En 1947, Ernesto ingresa a la Facultad de Medicina de
la Universidad de Buenos Aires, motivado en primer lugar por su propia
enfermedad y luego interesándose por la lepra.
En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus
dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde
San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje
duró siete meses y después de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche,
entraron a Chile por el lago Todos los Santos. En Chile pasaron por Osorno,
Valdivia, Temuco y Santiago donde abandonaron la moto, averiada
definitivamente. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron
como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra,
principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de
Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la
cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al lago
Titicaca. En abril llegaron al Cusco, la antigua capital del Imperio Inca.
Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y
luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron
el leprosario de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha
relación con el médico "Hugo Pesce", conocido especialista en lepra,
discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano,
que influiría decisivamente en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. El
doctor Pesce los conduce al Hospital Portada de Guía, un leprosorio ubicado en
la periferia de Lima. En este lugar atienden a los pacientes del mal de Hansen
y habitan por unos meses. De allí se dirigieron a Pucallpa donde embarcaron
hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosario de San Pablo a
las orillas del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa
llamada "Mambo-Tango" para continuar su viaje navegando el río aguas
abajo. En balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia,
donde desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron
en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad
universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan
de Dios. En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde
fueron arrestados pero prontamente liberados. En bus se dirigieron a Caracas,
capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosario por
recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por
lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía
escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y
lavaplatos en un restaurante. El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires.
Tanto Guevara como Granado realizaron diarios de viaje, mundialmente
conocidos como "Diarios de motocicleta", en los cuales se basó la
película de Walter Salles de 2004, que relata este periplo. Para ambos el viaje
significó un contacto directo con los sectores sociales más relegadosy
explotados de América Latina. Para Ernesto Guevara resultó importante para
comenzar a definir sus ideas y sentimientos sobre las graves desigualdades
sociales latinoamericanas, el papel de los Estados Unidos y cuáles podrían ser
las soluciones. La influencia del médico Hugo Pesce sobre Ernesto fue muy
grande, tanto por su visión mariateguista del marxismo, que replanteaba el
papel de los indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina,
como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los problemas de
salud de los pobres y marginados. Al publicar su primer libro, La guerra de
guerrillas, el Che Guevara le envió un ejemplar dedicado a Pesce diciéndole que
reconocía haberle provocado "un gran cambio en mi actitud frente a la
vida".
Una muestra de esas primeras ideas las expuso el 14 de junio de 1952,
cuando cumplía 24 años, y el personal del leprosario de San Pablo le ofreció
una fiesta. Guevara anotó sus impresiones de ese día bajo el título de "El
día de San Guevara", y cuenta haber dicho las siguientes palabras a sus
anfitriones:
Al regresar a Buenos Aires, Guevara revisó su diario y redactó unas
Notas de viaje donde, entre otras cosas dice:
El personaje que escribió estas notas murió
al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo",
no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por
nuestra "Mayúscula América" me ha cambiado más de lo que creí.
Finalizó sus estudios de medicina en la UBA (Universidad Nacional de
Buenos Aires). En seis meses aprobó las 14 asignaturas que le faltaban, y el 11
de abril de 1953 recibió el título de médico, registrado bajo el legajo 1058,
registro 1116, folio 153 de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
de Buenos Aires.
En 1953 Ernesto Guevara inició con su amigo de la infancia Carlos
"Calica" Ferrer el segundo de sus dos viajes internacionales por
América. El objetivo era ir a Caracas donde los esperaba Alberto Granado.
Salieron el 7 de julio de 1953, desde Buenos Aires en tren hacia
Bolivia. Permanecieron varias semanas en La Paz en pleno proceso de la
revolución iniciada en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario
(MNR). Allí conocieron a Ricardo Rojo, que luego integraría un grupo de
viajeros argentinos que se iría ampliando. Ernesto y Calica siguieron camino a
Puno, Cuzco y Machu Pichu, para luego dirigirse a Lima, donde volvió a ver al
Dr. Pesce. De Lima viajaron a Guayaquil, Ecuador, en autobús. Allí integraron
un grupo de argentinos compuesto por ellos dos, Ricardo Rojo, Eduardo
"Gualo" García, Oscar "Valdo" Valdovinos y Andro
"Petiso" Herrero, que convivieron comunitariamente en la misma
pensión.
En Guayaquil, Ernesto decidió ir hacia Guatemala para ver la revolución
que estaba liderando allí el coronel Jacobo Arbenz. Calica entonces se separó
de Ernesto para dirigirse a Caracas, donde Alberto Granado lo esperaba, quedándose
a vivir allí por diez años. Tras complicadas gestiones Ernesto se embarcó con
"Gualo" García hasta Panamá, donde permaneció unos meses, en
condiciones económicas críticas. De allí cruzaron a Costa Rica, luego a
Nicaragua haciendo "dedo". Allí se encontraron con Rojo y los
hermanos Walter y Domingo Beveraggi Allende, continuando con este último en
auto hacia Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador. El 24 de diciembre de
1953 llegó sin dinero a Guatemala, donde se instalaría.
Ernesto Guevara estuvo poco más de nueve meses en Guatemala. Su vida
allí fue difícil, contradictoria y compleja, con respecto tanto a su vida
personal como a sus ideas y la definición del papel que deseaba representar.
En 1954 Guatemala conoce a Hilda Gadea, con la cual contrae
matrimonio y de cuya unión nace su primera hija. Este País estaba
en una situación política crítica. Diez años antes un movimiento estudiantil
encuadrado en el amplio movimiento de la Reforma Universitaria latinoamericana,
había derrocado al dictador Jorge Ubico Castañeda e impuesto un sistema
democrático por primera vez en la historia guatemalteca, resultando electo
presidente Juan José Arévalo. Arévalo, un educador formado en la Argentina que
se adhería a una ideología que él denominaba "socialismo espiritual",
inició una serie de reformas políticas y sociales. Su sucesor (elegido en
1951), el coronel Jacobo Arbenz, profundizó tales medidas y en 1952 inició un
importante proceso de reforma agraria, que afectó seriamente los intereses de
la empresa estadounidense United Fruit, que tenía sólidos lazos con la
administración del presidente Eisenhower. Sosteniendo que se trataba de un
gobierno comunista, Estados Unidos comenzó a operar entonces para
desestabilizar Guatemala y derrocar al gobierno de Arbenz. El golpe de Estado
se inició el 18 de junio de 1954, con el bombardeo de la ciudad por aviones
militares y la invasión desde Honduras de un ejército golpista al mando de
Carlos Castillo Armas y el apoyo desembozado de la CIA. La lucha duró hasta el
3 de julio cuando Castillo Armas tomó la capital y dio inicio a un largo
período de dictaduras militares.
Guevara llegó seis meses antes del golpe. Durante ese tiempo intentó
reiteradamente trabajar como médico del Estado pero las diversas gestiones
nunca se concretaron y sus problemas económicos fueron muy serios.
En aquellos días Guatemala era un hervidero de grupos de exiliados y
militantes progresistas e izquierdistas, fundamentalmente latinoamericanos. Al
poco de llegar conocería a Hilda Gadea, una exiliada peruana dirigente del APRA
que colaboraba con el gobierno de Arbenz y que más adelante se convertiría en
su primera esposa. Mientras tanto, conocería a la familia del exiliado
nicaragüense Edelberto Torres, donde a su vez conoció a un grupo de exiliados cubanos
participantes en la toma del Cuartel Moncada, entre los que se encontraba
Antonio "Ñico" López.
Ñico López y Ernesto establecieron una sólida amistad. Fue precisamente
Ñico quien le puso el mote de "Che", a raíz del uso permanente que
Ernesto hacía de esa palabra típica del dialecto rioplatense, utilizado para
convocar al otro.
Las ideas de Guevara habían evolucionado, volviéndose mucho más
comprometidas políticamente, con una clara simpatía por el comunismo. Pese a
ello se mantendría apartado de cualquier organización política y cuando poco
después, el Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT), de tendencia
comunista, le comunicara que debía afiliarse al partido para poder trabajar de
médico en el Estado, rechazó indignado la petición.
Una vez establecido el grupo guerrillero en Sierra Maestra el Movimiento
26 de Julio se organizó en todo el país con el fin de apoyar a la guerrilla en
la sierra, mientras que en las ciudades del llano buscaban establecer alianzas
con otros partidos opositores, los sindicatos, el movimiento estudiantil y la
propia embajada de los Estados Unidos. La existencia de dos sectores en el
Movimiento 26 de Julio, denominados "el llano y la sierra", y las
tensiones que irían apareciendo entre ambos, serían muy importantes en el
futuro. Entre los dirigentes más importantes que actuaban en el llano se
encontraban Frank País, Vilma Espín, Celia Sánchez, Faustino Pérez, Carlos
Franqui, Haydée Santamaría, Armando Hart, René Ramos Latour (Daniel),
mayoritariamente demócratas anticomunistas.
En Sierra Maestra, el Che Guevara actuó como médico y combatiente. A
pesar de sufrir de fuertes ataques de asma en un país que por su clima tiene
uno de los porcentajes más altos de asma del mundo, rápidamente se destacó por
su valor temerario, su visión táctica y la capacidad de mando.
Guevara también impuso su personalidad al mostrarse estricto frente a
los actos de indisciplina, de traición y criminales, no solo en la propia
tropa, sino también con respecto a los soldados enemigos y a los campesinos que
habitaban la zona. Esta faceta se hizo evidente el 17 de febrero de 1957,
cuando descubrieron que uno de los guerrilleros, Eutimio Guerra, era un traidor
que había brindado al enemigo la situación del grupo, lo que permitió al
ejército bombardear su posición en el pico Caracas y luego emboscarlos en los
Altos de Espinosa, poniéndolos al borde de la derrota definitiva. Fidel Castro
decidió entonces que sería fusilado por traición, pero sin indicar quienes lo
ejecutarían. Ante la indecisión general fue el Che Guevara quien lo ejecutó
disparándole un tiro en la cabeza, demostrando una frialdad y dureza frente a
los crímenes en tiempos de guerra que lo harían famoso. Por el contrario, Guevara parece haber actuado
con tolerancia frente a los errores de sus propios hombres y los prisioneros
enemigos. En varias oportunidades intervino ante Fidel Castro para evitar
ejecuciones, así como atendió médicamente a soldados heridos, prohibiendo
estrictamente las torturas o el fusilamiento de prisioneros.
Durante los primeros meses de 1957 el pequeño grupo guerrillero se
mantuvo precariamente con escaso apoyo de la población rural en la zona, con
poca disciplina militar, albergando infiltrados, acosados por una red de espías
campesinos (chivatos) y por las tropas del gobierno. Se sucedieron una serie de
pequeños combates, como el ataque al destacamento de La Paz (2 soldados
muertos), Arroyo del Infierno (3 soldados muertos), el bombardeo aéreo del
cerro Caracas (sin bajas), la emboscada de los Altos de Espinosa (1 guerrillero
muerto).
A fines de febrero apareció en el New York Times, el periódico más leído
de los Estados Unidos, una entrevista a Fidel Castro realizada por Herbert
Matthews en Sierra Maestra. El impacto fue enorme y comenzó a generar una gran
simpatía hacia los guerrilleros en la opinión pública nacional e internacional.
En ese momento, con el fin de estrechar relaciones con los campesinos que
habitaban en la Sierra, los guajiros, el grupo guerrillero empezó a ofrecer los
servicios médicos del Che Guevara, que comenzó así a ser conocido en la región.
El 28 de abril Fidel Castro logró otro fuerte golpe de efecto: dio una
conferencia de prensa para la cadena de radio y televisión estadounidense CBS,
en la cima del pico Turquino, la montaña más alta de Cuba.
Para fines de mayo el ejército guerrillero había crecido a 128
combatientes bien armados y entrenados y el 28 de mayo produjo su primera
acción de cierta magnitud, el ataque al Cuartel de El Uvero, donde murieron 6
guerrilleros y 14 soldados y hubo gran cantidad de heridos de ambos bandos.
Luego del combate Castro tomó la decisión de dejar al Che Guevara a cargo de
los heridos para no demorar al grupo principal ante la inminente persecución
por parte de las tropas del gobierno. Guevara entonces atendió a todos los
heridos, de ambos bandos, y llegó a un acuerdo de caballeros con el médico del
cuartel para dejar a los heridos más graves con la condición de que se los
respetara al ser detenidos, pacto que fue cumplido por el ejército cubano.
El Che y cuatro hombres (Joel Iglesias, Alejandro Oñate (Cantinflas),
«Vilo» Acuña y un guía) debieron entonces hacerse cargo de esconder, proteger y
curar a los siete guerrilleros heridos durante cincuenta días. En ese lapso
Guevara no solo atendió y mantuvo protegidos a todos, sino que impuso
disciplina en el grupo, reclutó nuevos guerrilleros, obtuvo el apoyo decisivo
de uno de los mayorales de un gran latifundio de la zona y estableció un
sistema de aprovisionamiento y comunicación con la ciudad de Santiago. Cuando
volvió a unirse con el resto, el 17 de julio, el Che tenía un pequeño ejército
autónomo de 26 combatientes. Para entonces los rebeldes ya habían conseguido
liberar un pequeño territorio al oeste del Pico Turquino y 200 hombres
disciplinados y confiados. Ese día Fidel Castro decidió formar una segunda
columna con 75 hombres, a la que denominaría después Cuarta Columna para
generar la sensación de mayor cantidad de tropas. Simultáneamente ascendió al
Che Guevara al grado de capitán y cinco días después lo designó comandante de
la formación. Hasta ese momento solo Fidel Castro tenía grado de comandante. En
lo sucesivo el trato hacia él debía ser de "Comandante Che Guevara".
El 31 de agosto de 1958 las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos
partieron a pie hacia el occidente cubano. Tardaron seis semanas en llegar a la
zona montañosa del Escambray, en la antigua provincia de Las Villas, integrada
por las actuales provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos, en el
centro de la isla, después de atravesar unos 600 km de zonas pantanosas,
acosados por los aviones y pelotones del gobierno.
Guevara instalaría su campamento en Caballete de Casas, una meseta
inaccesible ubicada a 630 metros de altura, en el actual municipio de Sancti
Spíritus. Allí creó una escuela militar
siguiendo el modelo utilizado en Sierra Maestra para entrenar nuevos
voluntarios, así como una central hidroeléctrica, un hospital, diversos
talleres y fábricas y un periódico: El Miliciano. En la zona actuaban otras
fuerzas guerrilleras, como el Segundo Frente Nacional del Escambray dirigido
por el español Eloy Gutiérrez Menoyo, el Directorio Revolucionario dirigido por
Faure Chomón y Rolando Cubela, y el Partido Socialista Popular (comunista).
También actuaban las fuerzas guerrilleras y políticas locales del Movimiento 26
de Julio cuyo principal dirigente era Enrique Oltuski. En general estas fuerzas
mantenían rencillas entre sí y la unificación plena nunca fue posible. En ese
tiempo, El Che también conocería a Aleida March, una activa militante del
Movimiento 26 de Julio de ideas anticomunistas, que se convertiría en su
segunda esposa en 1959 y con quien tendría cuatro hijos.
El 3 de noviembre de 1958 Batista realizó elecciones para intentar
atenuar la oposición generalizada y producir una salida electoral que aislara a
los grupos guerrilleros. Estos y los grupos de oposición sabotearon las
elecciones que registraron una bajísima participación, deslegitimando completamente
al candidato que resultó electo, Andrés Rivero Agüero, que nunca llegó a asumir
la presidencia.
En Las Villas el Che Guevara terminó de dar forma a la Columna Ocho
ubicando en los puestos clave a los hombres en los que más confiaba, la mayoría
procedentes de los sectores más humildes. Entre ellos se destacaban los hombres
de su escolta Juan Alberto Castellanos, Hermes Peña, Carlos Coello (Tuma),
Leonardo Tamayo (Urbano) y Harry Villegas (Pombo). También estaban ya entonces
bajo su mando soldados que compondrían su grupo más íntimo, como Joel Iglesias,
Roberto Rodríguez (el Vaquerito), Juan Vitalio Acuna (Vilo), Orlando Pantoja
(Olo), Eliseo Reyes, Manuel Hernández Osorio, Jesús Suárez Gayol (el Rubio),
Orlando Borrego. Muchos de esos hombres compondrían el famoso Pelotón Suicida
al mando de «El Vaquerito», integrado por voluntarios y encargado de las
misiones más difíciles.
A fines de noviembre las tropas del gobierno atacaron la posición del
Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Los combates duraron una semana, al final de
la cual el ejército de Batista se retiró desordenadamente y con grandes
pérdidas de hombres y equipos. Guevara y Cienfuegos contraatacaron entonces,
siguiendo una estrategia de aislamiento de las guarniciones del gobierno entre
sí, dinamitando los caminos y puentes ferroviarios. En los días siguientes los
regimientos fueron capitulando uno a uno: Fomento, Guayos, Cabaiguán (donde el
Che se fracturó el codo por lo que fue entablillado y su brazo puesto en
cabestrillo), Placetas, Sancti Spíritus.
Luego, la columna de Cienfuegos se dirigió a tomar Yaguajay, en una
importante batalla que se extendió desde el 21 hasta el 31 de diciembre,
mientras que Guevara tomaba Remedios y el puerto de Caibarién el 26 de
diciembre y al día siguiente el cuartel de Camajuaní, donde las tropas del
gobierno huyeron sin combatir.
Quedó así libre el camino para atacar Santa Clara, cuarta ciudad de Cuba
y último bastión del gobierno antes de La Habana. Batista fortificó Santa Clara
enviando 2.000 soldados y un tren blindado, a las órdenes del oficial más
capacitado a su disposición, el coronel Joaquín Casillas. En total las fuerzas
del gobierno sumaban 3.500 soldados para hacer frente a 350 guerrilleros. El 28
de diciembre comenzó el ataque. La batalla fue sangrienta y se extendió durante
tres días por toda la ciudad. Allí murió uno de los hombres más destacados de
la Columna Ocho, Roberto Rodríguez «el Vaquerito». Guevara había establecido
que la prioridad de la batalla era el tren blindado, que fue finalmente tomado
el 29 de diciembre por la tarde.
La toma del tren blindado fue el hecho desencadenante de la caída de
Batista. Conocida la noticia, el dictador tomó la decisión de huir de Cuba, lo
que hizo pocas horas después, a las tres de la mañana del 1 de enero de 1959,
con sus familiares, y varios funcionarios, entre ellos el presidente electo
Andrés Rivero Agüero y su hermano que era el alcalde de La Habana.
Entretanto las fuerzas rebeldes triunfantes en toda la isla, incluidas
las tropas de Guevara procedían a detener a miembros de la dictadura de Batista
y fusilar a aquellos considerados como criminales de guerra en juicios
sumarísimos. En Santa Clara el Che Guevara dio la orden de fusilar al jefe de
policía, Cornelio Rojas, entre otros detenidos. El coronel Joaquín Casillas,
quien había sido condenado en 1948 por asesinar al sindicalista Jesús Menéndez
y luego dejado en libertad, fue detenido y también resultó muerto. La versión
oficial indica que Casillas fue muerto mientras intentaba fugarse, pero es altamente
probable que fuera fusilado por orden del Che Guevara.
Siguiendo órdenes de Fidel Castro, las columnas del Che Guevara y Camilo
Cienfuegos se dirigieron entonces a La Habana a ocupar los cuarteles de
Columbia y La Cabaña, lo que hicieron los días 2 y 3 de enero de 1959,
respectivamente
El Che Guevara siempre tuvo un pensamiento fuertemente
internacionalista. No solo era partidario de que se abrieran nuevas
experiencias guerrilleras en otras partes del mundo, sino que pensaba que solo
generalizando la lucha armada en América Latina, Asia y África sería posible
derrotar al imperialismo. Guevara discrepaba abiertamente con la estrategia de
coexistencia pacífica que proponía la Unión Soviética y él mismo se veía
combatiendo en otras revoluciones.
Desde el mismo momento en que la Revolución Cubana tomó el poder, el Che
comenzó a organizar y promover experiencias guerrilleras en América Latina,
destacándose las que se abrieron en Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia,
Venezuela y Argentina. Todas ellas fracasaron, pero en algunos casos sentaron
las bases de futuros movimientos guerrilleros, como el Frente Sandinista de
Liberación Nacional en Nicaragua y los Tupamaros en Uruguay.
Esta posición llevó a un fuerte enfrentamiento del Che Guevara con los
partidos comunistas de América Latina, que en general no aprobaban la
estrategia de lucha armada generalizada que aquel proponía.
En realidad el Che Guevara deseaba fervientemente iniciar la lucha
armada en su país natal. En 1963, luego de un extenso entrenamiento en Cuba,
envió a un grupo guerrillero a la Argentina. Estaba dirigido por Jorge Masetti,
el periodista peronista que había dirigido la agencia Prensa Latina y que debió
renunciar a su cargo debido a su enfrentamiento con el partido comunista cubano
(PSP). El grupo se instaló en la provincia de Salta, bajo el nombre de Ejército
Guerrillero del Pueblo (EGP), con apoyos en Bolivia, Córdoba y Buenos Aires. Masetti llevaba el grado de Comandante Segundo, reservando el grado de
Comandante Primero para Guevara. Luego de enviarle una carta al presidente
democrático Arturo Illia anunciando su decisión de iniciar la lucha armada, el
grupo fue sufriendo diferentes complicaciones que lo llevaron a un colapso
completo en 1964. Algunos de sus miembros murieron en combate, como el cubano
Hermes Peña, uno de los hombres del círculo íntimo de Guevara; otros fueron
detenidos y Masetti desapareció en la selva sin dejar rastro.
En ese contexto, en algún momento entre el 17 de marzo y el 17 de abril
de 1964 el Che Guevara se reunió con Juan Domingo Perón en la casa que este
último habitaba en su exilio en Madrid. El encuentro ha sido mantenido en el
mayor de los secretos y solo ha podido conocerse recientemente. El Che le
entregó a Perón fondos para apoyar su retorno a la Argentina, intento que fue
impedido por el gobierno brasileño ese mismo año. Perón se habría comprometido
a apoyar las iniciativas guerrilleras contra las dictaduras latinoamericanas,
cosa que efectivamente hizo hasta 1973.
El fracaso guerrillero en la Argentina lo llevó a evaluar la posibilidad
de participar en otros lugares distintos de su país e incluso otros
continentes. En ese sentido, África comenzó a aparecer como una posibilidad
adecuada.
En el combate de Quebrada del Churo, Guevara fue herido de bala en su
pierna izquierda, hecho prisionero junto con Simeón Cuba (Willy) y trasladado a
La Higuera donde fueron recluidos en la escuela, en aulas separadas. Allí
colocarían también los cadáveres de los guerrilleros muertos y también sería
recluido al día siguiente, Juan Pablo Chang. Entre las pertenencias requisadas
por los militares estaba el Diario que el Che llevaba en Bolivia.
El 9 de octubre por la mañana el gobierno de Bolivia anunció que Ernesto
Guevara había muerto en combate el día anterior. Simultáneamente llegaron el
coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez. Poco
después del mediodía el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al Che
Guevara. Existen dudas y versiones contradictorias sobre el grado de apoyo que
la decisión tuvo por parte de Estados Unidos, pero lo cierto es que, tal como
está registrado en el propio informe secreto de Félix Rodríguez, la CIA estaba
presente en el lugar. Fue el agente Rodríguez quien recibió la orden de fusilar
a Guevara y quien la transmitió a los oficiales bolivianos, así como fue él
también quien le comunicó al Che Guevara que sería fusilado. Antes del
fusilamiento Félix Rodríguez lo interrogó y lo sacó del aula para tomarle
varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida. El propio
Rodríguez relata ese momento de este modo:
Salí de la habitación, aquello estaba lleno de soldados afuera. Me
dirigí al Sargento Terán que sabía que estaba siendo de ejecutor de todo eso.
Le dije, sargento hay instrucciones de su gobierno de eliminar al prisionero.
Me puse la mano al nivel de la barbilla. No le tire de aquí para arriba, tírele
de aquí para abajo pues se supone que este hombre haya muerto de heridas en
combate. Sí mi capitán, sí mi capitán dijo. Era aproximadamente la una de la
tarde de Bolivia. De ahí entonces me retire al lugar avanzado donde yo había
fotografiado el diario y a la una y diez aproximadamente escuche una ráfaga
pequeña.
“… Mandé a Teran que efectuara la orden. Le dije que debía dispararle
(al Che) bajo el cuello ya que así podríamos probar que había sido muerto en combate.
Teran pidió un fusil y entró a la sala con dos soldados: Cuando escuché los
disparos anoté en mi cuaderno 1:10 pm, 9 de octubre de 1967.”
Entrevista de Félix Ismael Rodríguez a Claudio Gatti.
Poco antes Simeón Cuba y Juan Pablo Chang habían corrido la misma
suerte. En 1977 la revista Paris Match entrevistó a Mario Terán quien relató
del siguiente modo los últimos instantes del Che Guevara:
Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel
Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso
furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el
Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo
me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué
han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó:
«¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che
grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se
echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un
movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno me dijo y
apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el
umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con
las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar
muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo
alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.
Curiosamente serían médicos cubanos quienes en 2007 devolverían la vista
a Terán, en el marco de una de las campañas de solidaridad con el gobierno
boliviano de Evo Morales; la noticia se dio a conocer por el periódico oficial
Granma en el aniversario de la muerte de Guevara que decía;
Mario Terán intentará con su crimen destruir un sueño y una idea, el
‘Che vuelve’ a ganar otro combate. Y continúa en campaña.
El hijo de Terán pidió al periódico de la ciudad de Santa Cruz de la
Sierra que se publicara una nota de agradecimiento a los médicos cubanos por la
labor realizada.
La tarde del 9 de octubre el cuerpo del Che Guevara fue llevado en
helicóptero a Vallegrande y fue colocado en el lavadero del hospital Nuestro
Señor de Malta, donde permaneció en exhibición pública durante ese día y todo
el día siguiente, introduciéndosele gran cantidad de formaldehído para evitar
la descomposición.
Cientos de personas (soldados, pobladores, curiosos, periodistas)
concurrieron a ver el cuerpo. Hay gran cantidad de fotos de esos momentos, en
las que el Che aparece con los ojos abiertos. Las monjas del hospital y las
mujeres de la villa señalaron su parecido con Jesucristo y cortaron mechones de
su pelo para preservarlos como talismanes. Los soldados y funcionarios se
quedaron con cosas que llevaba el Che al morir. Debido a que ya estaba decidido
que se haría desaparecer el cuerpo del Che Guevara, como el del resto de los
guerrilleros, la noche del 10 de octubre se le cortó las manos al cadáver para
conservarlas como prueba de la muerte.
Existen diversas versiones sobre el destino final del cadáver. El
General Juan José Torres declaró que el cuerpo había sido cremado, mientras que
el General Alfredo Ovando afirmó lo contrario. Hay consenso entre los militares
bolivianos presentes en el lugar de que la orden de cremación fue real pero que
no pudo ser ejecutada por carecer de los medios adecuados, y también para
evitar una eventual reacción negativa de la población debido al hecho de que en
Bolivia la cremación era ilegal. También existía cierto consenso en que el
cadáver del Che había sido enterrado en la madrugada del 11 de octubre por el
teniente coronel Selich, en una fosa diferente de los otros seis guerrilleros.
Desde el mismo año de su muerte el gobierno cubano comenzó la
investigación tendente al hallazgo de los restos del Che Guevara y sus
compañeros, sin mayores resultados. En 1995 viajó a Bolivia el doctor Jorge
González Pérez, entonces director del Instituto de Medicina Legal de Cuba,
dando inicio al proceso que los encontraría en 1997.
Entre diciembre de 1995 y marzo de 1996, se habían hallado los restos de
cuatro compañeros de Guevara que habían muerto en el combate del 14 de octubre
de 1967 en Cajones. Estos fueron, Jaime Arana Campero, Octavio de la Concepción
de la Pedraja, Lucio Edilverto Garvan Hidalgo y Francisco Huanca Flores. La
investigación tenía como objetivo la recuperación de todos los guerrilleros
caídos. De los 36 cadáveres 23 estaban enterrados en Valle Grande y 13 en otras
zonas.
El 28 de junio de 1997, gracias a las declaraciones el General retirado
Mario Vargas Salinas y las presiones internacionales que llevaron al gobierno
boliviano de Gonzalo Sánchez a autorizar el inicio de investigaciones, un
equipo de científicos cubanos encontró en Valle Grande siete cuerpos enterrados
clandestinamente en una sola fosa común, e identificaron entre ellos, con apoyo
del Equipo Argentino de Antropología Forense, que fue el primer grupo que llegó
el 29 de noviembre de 1995, al de Ernesto Guevara y los de seis de sus hombres,
Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), René Martínez Tamayo (Arturo), Orlando
Pantoja Tamayo (Olo), Aniceto Reinaga (Aniceto), Simeón Cuba (Willy) y Juan
Pablo Chang (El Chino).
El cadáver, de acuerdo con el informe del equipo, carecía de manos,
registraba un alto contenido de formaldehído, y llevaba ropa y elementos
compatibles con los que se supone que tenía al momento de ser enterrado (se
encontró cubierto con una chaqueta que en uno de los bolsillos tenía una bolsa
con picadura de tabaco de pipa). El antropólogo Héctor Soto realizó el examen
físico que mediante la definición de los rasgos frontales identificó a Guevara.
Sin embargo, algunos analistas afirman que el cuerpo no es el del Che, ya que
existen contradicciones insalvables entre el informe y la autopsia que se practicó
al cadáver en 1967.
El 12 de julio de 1997 los presuntos restos fueron llevados a Cuba,
donde fueron recibidos por una multitud para ser sepultados en Santa Clara en
el Memorial de Ernesto Guevara donde se encuentran actualmente los restos de la
mayoría de los guerrilleros que le acompañaron en su expedición.
Ernesto Guevara se casó dos veces y tuvo seis hijos.
Su primer matrimonio fue con Hilda Gadea134 el 18 de agosto de 1955, en
México. Hilda Gadea era una economista y dirigente peruana a quien Guevara conoció en Guatemala. Juntos
tuvieron una hija:
Hilda Beatriz Guevara Gadea (1956–1995), nacida el 15 de febrero de
1956.
Ernesto Guevara se divorció de Hilda Gadea en 1959. Después de la
Revolución Cubana, Hilda se instaló en Cuba donde desempeñó altos cargos.
Escribió un libro sobre su ex esposo con el título de Che Guevara: los años
decisivos (México: Aguilar Editor, 1972). Había nacido en 1925 y falleció en La
Habana en 1974.
Su segundo matrimonio fue con Aleida March Torres (n. 1936) el 9 de
junio de 1959, en La Habana. Aleida March era una militante cubana del
Movimiento 26 de Julio de la provincia de Las Villas a quien Guevara conoció en
1958 cuando desarrollaba su ofensiva final sobre el régimen de Batista, poco
antes de la batalla de Santa Clara. Juntos tuvieron cuatro hijos:
Aleida Guevara March, nacida el 17 de noviembre de 1960,
Camilo Guevara March, nacido el 20 de mayo de 1962,
Celia Guevara March, nacida el 14 de junio de 1963, y
Ernesto Guevara March, nacido el 24 de febrero de 1965
Aleida March preside el Centro de Estudios Che Guevara, ubicado en la
casa que compartieron en La Habana.
Según Jorge Castañeda, Ernesto Guevara tuvo también un hijo fruto de una
relación extramatrimonial con Lidia Rosa López:
Omar Pérez, nacido el 19 de marzo de 1964
Aunque no fue reconocido, Ernesto Guevara habría elegido su nombre.
La figura de Ernesto Guevara ha sido motivo de una gran cantidad de
obras artísticas, tanto en Argentina y Cuba como en el resto del mundo. Sin
duda alguna la más conocida es la canción Hasta siempre comandante, compuesta
por Carlos Puebla, que se ha convertido en un clásico de la canción
latinoamericana.
Cine
Varias películas han sido dedicadas total o parcialmente a la figura del
Che Guevara, entre las que se destacan Diarios de motocicleta (2004) de Walter
Salles y Evita (1996), de Alan Parker, y las recientes El argentino y Guerrilla
del director Steven Soderbergh.
Año Película Director Actor protagonista
2008 Guerrilla Steven Soderbergh Benicio del Toro
2008 El argentino Steven Soderbergh Benicio del Toro
2005 Che Guevara Josh Evans Eduardo Noriega
2004 Diarios de motocicleta Walter Salles Gael García Bernal
1969 Che! Richard Fleischer Omar
Sharif
1968 El 'Che' Guevara Paolo Heusch Francisco Rabal
Música
Cientos de canciones y obras musicales han sido inspiradas en el Che
Guevara, en los más diversos ritmos, estilos e idiomas. Entre las más famosas
se encuentran:
- Hasta siempre, comandante, canción de Carlos Puebla.
- Si el poeta eres tú, canción de Pablo Milanés.
- El pueblo te ama Che Guevara, de La Mona Jiménez.
- El hombre de la estrella, de La Renga, en su disco homónimo.
- El aparecido, de Víctor Jara.
- Nada más!, de Atahualpa Yupanqui.
- Fashion revolución, de Los Violadores, en su disco Rey o reina. En el tema se critica la comercialización del Che.
- Gallo Rojo, de y por los Fabulosos Cadillacs de su disco El León.
- Esquina libertad, de Los Piojos, de su disco Tercer Arco.
- Fusil contra fusil (1977), Hombre (1987)), América, te hablo de Ernesto de Silvio Rodríguez
- Soldadito boliviano de Nicolás Guillén musicalizado por Paco Ibáñez
- Papá cuéntame otra vez, de Ismael Serrano en el álbum Atrapados en azul
- Murguita del Sur de Bersuit Vergarabat
- Comandante amigo, canción de Alí Primera
- Comandante Che Guevara, de Boikot
- McGuevara's o CheDonald's, canción de Kevin Johansen
- Comando Che Guevara, canción de Vendetta
- Diario del Regreso, Obra musical. Poesía: Hamlet Lima Quintana. Música: Oscar Cardozo Ocampo. Intérprete: JAIRO.-
- Hasta la victoria, siempre de La 25
- Canción del elegido, de Silvio Rodríguez
- Pandeirada do Che, canción del grupo de folk gallego Luar na lubre
- Che, canción del grupo de ska Salida Nula
- San Ernesto, de Mancha de Rolando
- La primavera, de Mancha de Rolando
- Tristeza en la muerte de un héroe, del chileno Pablo Neruda (1969)
- Yo tuve un hermano del argentino Julio Cortázar
- La serie de poemas dedicatorios llamada A Ras del Sueño del uruguayo Mario Benedetti (1967).
- Che Guevara (1958), Che Comandante, Guitarra en duelo mayor, del cubano Nicolás Guillén
- El poema visual Elegía al Che del español Joan Brossa (1978)
- Credo del Che, del salvadoreño Roque Dalton
- Pensamientos del argentino Juan Gelman
- Sé que la delación existe del argentino Néstor Groppa
Además existen algunos álbumes tributo, tales como ¡El Che vive! de 1997
e interpretado por varios artistas.
Poesía
Entre las más destacadas se encuentran:
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