sábado, 15 de junio de 2013

Che Guevara

   


   Ernesto Guevara de la Serna nace en la ciudad argentina de Rosario el 14 de junio de 1928, en el seno de una familia con raíces aristocráticas pero con ideas socialistas. Desde chico sufre ataques de asma y por esta razón en 1932 se mudan a las sierras de Córdoba. Su educación primaria la hizo en su hogar, de las manos de su madre. En su casa había obras de Marx, Engels y Lenin, con los que se familiarizó en su juventud temprana.
   En 1947, Ernesto ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, motivado en primer lugar por su propia enfermedad y luego interesándose por la lepra.
   En 1952 Ernesto Guevara realizó con Alberto Granado el primero de sus dos viajes internacionales por América. Salieron el 4 de enero de 1952, desde San Francisco, Córdoba en la moto de Granado, llamada la Poderosa II. El viaje duró siete meses y después de pasar por Buenos Aires, Miramar y Bariloche, entraron a Chile por el lago Todos los Santos. En Chile pasaron por Osorno, Valdivia, Temuco y Santiago donde abandonaron la moto, averiada definitivamente. Se dirigieron al puerto de Valparaíso desde donde viajaron como polizones en un buque carguero hasta Antofagasta. Desde allí por tierra, principalmente en camiones, visitaron la gigantesca mina de cobre de Chuquicamata para dirigirse luego a la frontera con Perú, subiendo la cordillera por la provincia de Tarata, en la región de Tacna, hasta al lago Titicaca. En abril llegaron al Cusco, la antigua capital del Imperio Inca. Visitaron las ciudades incaicas del Valle Sagrado de los Incas y Machu Pichu y luego partieron hacia Abancay, capital de la Región Apurímac, donde visitaron el leprosario de Huambo, cerca de la ciudad de Andahuaylas.
   El 1 de mayo de 1952 arribaron a Lima donde establecieron una estrecha relación con el médico "Hugo Pesce", conocido especialista en lepra, discípulo de José Carlos Mariátegui y dirigente del Partido Comunista Peruano, que influiría decisivamente en las decisiones de vida que adoptaría Guevara. El doctor Pesce los conduce al Hospital Portada de Guía, un leprosorio ubicado en la periferia de Lima. En este lugar atienden a los pacientes del mal de Hansen y habitan por unos meses. De allí se dirigieron a Pucallpa donde embarcaron hacia Iquitos y se instalaron para colaborar con el leprosario de San Pablo a las orillas del río Amazonas, donde médicos y pacientes les regalaron una balsa llamada "Mambo-Tango" para continuar su viaje navegando el río aguas abajo. En balsa llegaron hasta la población fronteriza colombiana de Leticia, donde desempeñaron como entrenadores del equipo de fútbol del pueblo. Volaron en hidroavión a Bogotá y allí se alojaron en las instalaciones de la ciudad universitaria de la Universidad Nacional de Colombia y su hospital, el San Juan de Dios. En ese momento, Colombia atravesaba la época de La Violencia, donde fueron arrestados pero prontamente liberados. En bus se dirigieron a Caracas, capital de Venezuela, donde Granado obtuvo empleo en un leprosario por recomendación de Pesce. Ernesto, por su parte, debía terminar sus estudios, por lo que decidió volver, utilizando un avión de carga de un familiar que hacía escala previa en Miami, donde trabajó de empleado doméstico de una azafata y lavaplatos en un restaurante. El 31 de julio de 1952 volvió a Buenos Aires.
   Tanto Guevara como Granado realizaron diarios de viaje, mundialmente conocidos como "Diarios de motocicleta", en los cuales se basó la película de Walter Salles de 2004, que relata este periplo. Para ambos el viaje significó un contacto directo con los sectores sociales más relegadosy explotados de América Latina. Para Ernesto Guevara resultó importante para comenzar a definir sus ideas y sentimientos sobre las graves desigualdades sociales latinoamericanas, el papel de los Estados Unidos y cuáles podrían ser las soluciones. La influencia del médico Hugo Pesce sobre Ernesto fue muy grande, tanto por su visión mariateguista del marxismo, que replanteaba el papel de los indígenas y campesinos en los cambios sociales en América Latina, como por el ejemplo personal de vida como médico dedicado a los problemas de salud de los pobres y marginados. Al publicar su primer libro, La guerra de guerrillas, el Che Guevara le envió un ejemplar dedicado a Pesce diciéndole que reconocía haberle provocado "un gran cambio en mi actitud frente a la vida".
   Una muestra de esas primeras ideas las expuso el 14 de junio de 1952, cuando cumplía 24 años, y el personal del leprosario de San Pablo le ofreció una fiesta. Guevara anotó sus impresiones de ese día bajo el título de "El día de San Guevara", y cuenta haber dicho las siguientes palabras a sus anfitriones:
   Al regresar a Buenos Aires, Guevara revisó su diario y redactó unas Notas de viaje donde, entre otras cosas dice:
   El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina. El que las ordena y pule, "yo", no soy yo; por lo menos no soy el mismo yo interior. Este vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula América" me ha cambiado más de lo que creí.

Finalizó sus estudios de medicina en la UBA (Universidad Nacional de Buenos Aires). En seis meses aprobó las 14 asignaturas que le faltaban, y el 11 de abril de 1953 recibió el título de médico, registrado bajo el legajo 1058, registro 1116, folio 153 de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires.
   En 1953 Ernesto Guevara inició con su amigo de la infancia Carlos "Calica" Ferrer el segundo de sus dos viajes internacionales por América. El objetivo era ir a Caracas donde los esperaba Alberto Granado.
   Salieron el 7 de julio de 1953, desde Buenos Aires en tren hacia Bolivia. Permanecieron varias semanas en La Paz en pleno proceso de la revolución iniciada en 1952 por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Allí conocieron a Ricardo Rojo, que luego integraría un grupo de viajeros argentinos que se iría ampliando. Ernesto y Calica siguieron camino a Puno, Cuzco y Machu Pichu, para luego dirigirse a Lima, donde volvió a ver al Dr. Pesce. De Lima viajaron a Guayaquil, Ecuador, en autobús. Allí integraron un grupo de argentinos compuesto por ellos dos, Ricardo Rojo, Eduardo "Gualo" García, Oscar "Valdo" Valdovinos y Andro "Petiso" Herrero, que convivieron comunitariamente en la misma pensión.
   En Guayaquil, Ernesto decidió ir hacia Guatemala para ver la revolución que estaba liderando allí el coronel Jacobo Arbenz. Calica entonces se separó de Ernesto para dirigirse a Caracas, donde Alberto Granado lo esperaba, quedándose a vivir allí por diez años. Tras complicadas gestiones Ernesto se embarcó con "Gualo" García hasta Panamá, donde permaneció unos meses, en condiciones económicas críticas. De allí cruzaron a Costa Rica, luego a Nicaragua haciendo "dedo". Allí se encontraron con Rojo y los hermanos Walter y Domingo Beveraggi Allende, continuando con este último en auto hacia Guatemala, pasando por Honduras y El Salvador. El 24 de diciembre de 1953 llegó sin dinero a Guatemala, donde se instalaría.
   Ernesto Guevara estuvo poco más de nueve meses en Guatemala. Su vida allí fue difícil, contradictoria y compleja, con respecto tanto a su vida personal como a sus ideas y la definición del papel que deseaba representar.
   En 1954 Guatemala  conoce a Hilda Gadea, con la cual contrae matrimonio y de cuya unión nace su primera hija. Este País estaba en una situación política crítica. Diez años antes un movimiento estudiantil encuadrado en el amplio movimiento de la Reforma Universitaria latinoamericana, había derrocado al dictador Jorge Ubico Castañeda e impuesto un sistema democrático por primera vez en la historia guatemalteca, resultando electo presidente Juan José Arévalo. Arévalo, un educador formado en la Argentina que se adhería a una ideología que él denominaba "socialismo espiritual", inició una serie de reformas políticas y sociales. Su sucesor (elegido en 1951), el coronel Jacobo Arbenz, profundizó tales medidas y en 1952 inició un importante proceso de reforma agraria, que afectó seriamente los intereses de la empresa estadounidense United Fruit, que tenía sólidos lazos con la administración del presidente Eisenhower. Sosteniendo que se trataba de un gobierno comunista, Estados Unidos comenzó a operar entonces para desestabilizar Guatemala y derrocar al gobierno de Arbenz. El golpe de Estado se inició el 18 de junio de 1954, con el bombardeo de la ciudad por aviones militares y la invasión desde Honduras de un ejército golpista al mando de Carlos Castillo Armas y el apoyo desembozado de la CIA. La lucha duró hasta el 3 de julio cuando Castillo Armas tomó la capital y dio inicio a un largo período de dictaduras militares.
   Guevara llegó seis meses antes del golpe. Durante ese tiempo intentó reiteradamente trabajar como médico del Estado pero las diversas gestiones nunca se concretaron y sus problemas económicos fueron muy serios.
   En aquellos días Guatemala era un hervidero de grupos de exiliados y militantes progresistas e izquierdistas, fundamentalmente latinoamericanos. Al poco de llegar conocería a Hilda Gadea, una exiliada peruana dirigente del APRA que colaboraba con el gobierno de Arbenz y que más adelante se convertiría en su primera esposa. Mientras tanto, conocería a la familia del exiliado nicaragüense Edelberto Torres, donde a su vez conoció a un grupo de exiliados cubanos participantes en la toma del Cuartel Moncada, entre los que se encontraba Antonio "Ñico" López.
   Ñico López y Ernesto establecieron una sólida amistad. Fue precisamente Ñico quien le puso el mote de "Che", a raíz del uso permanente que Ernesto hacía de esa palabra típica del dialecto rioplatense, utilizado para convocar al otro.
   Las ideas de Guevara habían evolucionado, volviéndose mucho más comprometidas políticamente, con una clara simpatía por el comunismo. Pese a ello se mantendría apartado de cualquier organización política y cuando poco después, el Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT), de tendencia comunista, le comunicara que debía afiliarse al partido para poder trabajar de médico en el Estado, rechazó indignado la petición.
   Una vez establecido el grupo guerrillero en Sierra Maestra el Movimiento 26 de Julio se organizó en todo el país con el fin de apoyar a la guerrilla en la sierra, mientras que en las ciudades del llano buscaban establecer alianzas con otros partidos opositores, los sindicatos, el movimiento estudiantil y la propia embajada de los Estados Unidos. La existencia de dos sectores en el Movimiento 26 de Julio, denominados "el llano y la sierra", y las tensiones que irían apareciendo entre ambos, serían muy importantes en el futuro. Entre los dirigentes más importantes que actuaban en el llano se encontraban Frank País, Vilma Espín, Celia Sánchez, Faustino Pérez, Carlos Franqui, Haydée Santamaría, Armando Hart, René Ramos Latour (Daniel), mayoritariamente demócratas anticomunistas.
   En Sierra Maestra, el Che Guevara actuó como médico y combatiente. A pesar de sufrir de fuertes ataques de asma en un país que por su clima tiene uno de los porcentajes más altos de asma del mundo, rápidamente se destacó por su valor temerario, su visión táctica y la capacidad de mando.
   Guevara también impuso su personalidad al mostrarse estricto frente a los actos de indisciplina, de traición y criminales, no solo en la propia tropa, sino también con respecto a los soldados enemigos y a los campesinos que habitaban la zona. Esta faceta se hizo evidente el 17 de febrero de 1957, cuando descubrieron que uno de los guerrilleros, Eutimio Guerra, era un traidor que había brindado al enemigo la situación del grupo, lo que permitió al ejército bombardear su posición en el pico Caracas y luego emboscarlos en los Altos de Espinosa, poniéndolos al borde de la derrota definitiva. Fidel Castro decidió entonces que sería fusilado por traición, pero sin indicar quienes lo ejecutarían. Ante la indecisión general fue el Che Guevara quien lo ejecutó disparándole un tiro en la cabeza, demostrando una frialdad y dureza frente a los crímenes en tiempos de guerra que lo harían famoso.  Por el contrario, Guevara parece haber actuado con tolerancia frente a los errores de sus propios hombres y los prisioneros enemigos. En varias oportunidades intervino ante Fidel Castro para evitar ejecuciones, así como atendió médicamente a soldados heridos, prohibiendo estrictamente las torturas o el fusilamiento de prisioneros.
   Durante los primeros meses de 1957 el pequeño grupo guerrillero se mantuvo precariamente con escaso apoyo de la población rural en la zona, con poca disciplina militar, albergando infiltrados, acosados por una red de espías campesinos (chivatos) y por las tropas del gobierno. Se sucedieron una serie de pequeños combates, como el ataque al destacamento de La Paz (2 soldados muertos), Arroyo del Infierno (3 soldados muertos), el bombardeo aéreo del cerro Caracas (sin bajas), la emboscada de los Altos de Espinosa (1 guerrillero muerto).
   A fines de febrero apareció en el New York Times, el periódico más leído de los Estados Unidos, una entrevista a Fidel Castro realizada por Herbert Matthews en Sierra Maestra. El impacto fue enorme y comenzó a generar una gran simpatía hacia los guerrilleros en la opinión pública nacional e internacional. En ese momento, con el fin de estrechar relaciones con los campesinos que habitaban en la Sierra, los guajiros, el grupo guerrillero empezó a ofrecer los servicios médicos del Che Guevara, que comenzó así a ser conocido en la región.
El 28 de abril Fidel Castro logró otro fuerte golpe de efecto: dio una conferencia de prensa para la cadena de radio y televisión estadounidense CBS, en la cima del pico Turquino, la montaña más alta de Cuba.
   Para fines de mayo el ejército guerrillero había crecido a 128 combatientes bien armados y entrenados y el 28 de mayo produjo su primera acción de cierta magnitud, el ataque al Cuartel de El Uvero, donde murieron 6 guerrilleros y 14 soldados y hubo gran cantidad de heridos de ambos bandos. Luego del combate Castro tomó la decisión de dejar al Che Guevara a cargo de los heridos para no demorar al grupo principal ante la inminente persecución por parte de las tropas del gobierno. Guevara entonces atendió a todos los heridos, de ambos bandos, y llegó a un acuerdo de caballeros con el médico del cuartel para dejar a los heridos más graves con la condición de que se los respetara al ser detenidos, pacto que fue cumplido por el ejército cubano.
   El Che y cuatro hombres (Joel Iglesias, Alejandro Oñate (Cantinflas), «Vilo» Acuña y un guía) debieron entonces hacerse cargo de esconder, proteger y curar a los siete guerrilleros heridos durante cincuenta días. En ese lapso Guevara no solo atendió y mantuvo protegidos a todos, sino que impuso disciplina en el grupo, reclutó nuevos guerrilleros, obtuvo el apoyo decisivo de uno de los mayorales de un gran latifundio de la zona y estableció un sistema de aprovisionamiento y comunicación con la ciudad de Santiago. Cuando volvió a unirse con el resto, el 17 de julio, el Che tenía un pequeño ejército autónomo de 26 combatientes. Para entonces los rebeldes ya habían conseguido liberar un pequeño territorio al oeste del Pico Turquino y 200 hombres disciplinados y confiados. Ese día Fidel Castro decidió formar una segunda columna con 75 hombres, a la que denominaría después Cuarta Columna para generar la sensación de mayor cantidad de tropas. Simultáneamente ascendió al Che Guevara al grado de capitán y cinco días después lo designó comandante de la formación. Hasta ese momento solo Fidel Castro tenía grado de comandante. En lo sucesivo el trato hacia él debía ser de "Comandante Che Guevara".
   El 31 de agosto de 1958 las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos partieron a pie hacia el occidente cubano. Tardaron seis semanas en llegar a la zona montañosa del Escambray, en la antigua provincia de Las Villas, integrada por las actuales provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Cienfuegos, en el centro de la isla, después de atravesar unos 600 km de zonas pantanosas, acosados por los aviones y pelotones del gobierno.
   Guevara instalaría su campamento en Caballete de Casas, una meseta inaccesible ubicada a 630 metros de altura, en el actual municipio de Sancti Spíritus.  Allí creó una escuela militar siguiendo el modelo utilizado en Sierra Maestra para entrenar nuevos voluntarios, así como una central hidroeléctrica, un hospital, diversos talleres y fábricas y un periódico: El Miliciano. En la zona actuaban otras fuerzas guerrilleras, como el Segundo Frente Nacional del Escambray dirigido por el español Eloy Gutiérrez Menoyo, el Directorio Revolucionario dirigido por Faure Chomón y Rolando Cubela, y el Partido Socialista Popular (comunista). También actuaban las fuerzas guerrilleras y políticas locales del Movimiento 26 de Julio cuyo principal dirigente era Enrique Oltuski. En general estas fuerzas mantenían rencillas entre sí y la unificación plena nunca fue posible. En ese tiempo, El Che también conocería a Aleida March, una activa militante del Movimiento 26 de Julio de ideas anticomunistas, que se convertiría en su segunda esposa en 1959 y con quien tendría cuatro hijos.
   El 3 de noviembre de 1958 Batista realizó elecciones para intentar atenuar la oposición generalizada y producir una salida electoral que aislara a los grupos guerrilleros. Estos y los grupos de oposición sabotearon las elecciones que registraron una bajísima participación, deslegitimando completamente al candidato que resultó electo, Andrés Rivero Agüero, que nunca llegó a asumir la presidencia.
   En Las Villas el Che Guevara terminó de dar forma a la Columna Ocho ubicando en los puestos clave a los hombres en los que más confiaba, la mayoría procedentes de los sectores más humildes. Entre ellos se destacaban los hombres de su escolta Juan Alberto Castellanos, Hermes Peña, Carlos Coello (Tuma), Leonardo Tamayo (Urbano) y Harry Villegas (Pombo). También estaban ya entonces bajo su mando soldados que compondrían su grupo más íntimo, como Joel Iglesias, Roberto Rodríguez (el Vaquerito), Juan Vitalio Acuna (Vilo), Orlando Pantoja (Olo), Eliseo Reyes, Manuel Hernández Osorio, Jesús Suárez Gayol (el Rubio), Orlando Borrego. Muchos de esos hombres compondrían el famoso Pelotón Suicida al mando de «El Vaquerito», integrado por voluntarios y encargado de las misiones más difíciles.
   A fines de noviembre las tropas del gobierno atacaron la posición del Che Guevara y Camilo Cienfuegos. Los combates duraron una semana, al final de la cual el ejército de Batista se retiró desordenadamente y con grandes pérdidas de hombres y equipos. Guevara y Cienfuegos contraatacaron entonces, siguiendo una estrategia de aislamiento de las guarniciones del gobierno entre sí, dinamitando los caminos y puentes ferroviarios. En los días siguientes los regimientos fueron capitulando uno a uno: Fomento, Guayos, Cabaiguán (donde el Che se fracturó el codo por lo que fue entablillado y su brazo puesto en cabestrillo), Placetas, Sancti Spíritus.
    Luego, la columna de Cienfuegos se dirigió a tomar Yaguajay, en una importante batalla que se extendió desde el 21 hasta el 31 de diciembre, mientras que Guevara tomaba Remedios y el puerto de Caibarién el 26 de diciembre y al día siguiente el cuartel de Camajuaní, donde las tropas del gobierno huyeron sin combatir.
   Quedó así libre el camino para atacar Santa Clara, cuarta ciudad de Cuba y último bastión del gobierno antes de La Habana. Batista fortificó Santa Clara enviando 2.000 soldados y un tren blindado, a las órdenes del oficial más capacitado a su disposición, el coronel Joaquín Casillas. En total las fuerzas del gobierno sumaban 3.500 soldados para hacer frente a 350 guerrilleros. El 28 de diciembre comenzó el ataque. La batalla fue sangrienta y se extendió durante tres días por toda la ciudad. Allí murió uno de los hombres más destacados de la Columna Ocho, Roberto Rodríguez «el Vaquerito». Guevara había establecido que la prioridad de la batalla era el tren blindado, que fue finalmente tomado el 29 de diciembre por la tarde.
   La toma del tren blindado fue el hecho desencadenante de la caída de Batista. Conocida la noticia, el dictador tomó la decisión de huir de Cuba, lo que hizo pocas horas después, a las tres de la mañana del 1 de enero de 1959, con sus familiares, y varios funcionarios, entre ellos el presidente electo Andrés Rivero Agüero y su hermano que era el alcalde de La Habana.
   Entretanto las fuerzas rebeldes triunfantes en toda la isla, incluidas las tropas de Guevara procedían a detener a miembros de la dictadura de Batista y fusilar a aquellos considerados como criminales de guerra en juicios sumarísimos. En Santa Clara el Che Guevara dio la orden de fusilar al jefe de policía, Cornelio Rojas, entre otros detenidos. El coronel Joaquín Casillas, quien había sido condenado en 1948 por asesinar al sindicalista Jesús Menéndez y luego dejado en libertad, fue detenido y también resultó muerto. La versión oficial indica que Casillas fue muerto mientras intentaba fugarse, pero es altamente probable que fuera fusilado por orden del Che Guevara.
   Siguiendo órdenes de Fidel Castro, las columnas del Che Guevara y Camilo Cienfuegos se dirigieron entonces a La Habana a ocupar los cuarteles de Columbia y La Cabaña, lo que hicieron los días 2 y 3 de enero de 1959, respectivamente
   El Che Guevara siempre tuvo un pensamiento fuertemente internacionalista. No solo era partidario de que se abrieran nuevas experiencias guerrilleras en otras partes del mundo, sino que pensaba que solo generalizando la lucha armada en América Latina, Asia y África sería posible derrotar al imperialismo. Guevara discrepaba abiertamente con la estrategia de coexistencia pacífica que proponía la Unión Soviética y él mismo se veía combatiendo en otras revoluciones.
   Desde el mismo momento en que la Revolución Cubana tomó el poder, el Che comenzó a organizar y promover experiencias guerrilleras en América Latina, destacándose las que se abrieron en Guatemala, Nicaragua, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina. Todas ellas fracasaron, pero en algunos casos sentaron las bases de futuros movimientos guerrilleros, como el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua y los Tupamaros en Uruguay.
Esta posición llevó a un fuerte enfrentamiento del Che Guevara con los partidos comunistas de América Latina, que en general no aprobaban la estrategia de lucha armada generalizada que aquel proponía.
   En realidad el Che Guevara deseaba fervientemente iniciar la lucha armada en su país natal.   En 1963, luego de un extenso entrenamiento en Cuba, envió a un grupo guerrillero a la Argentina. Estaba dirigido por Jorge Masetti, el periodista peronista que había dirigido la agencia Prensa Latina y que debió renunciar a su cargo debido a su enfrentamiento con el partido comunista cubano (PSP). El grupo se instaló en la provincia de Salta, bajo el nombre de Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP), con apoyos en Bolivia, Córdoba y Buenos Aires.  Masetti llevaba el grado de Comandante Segundo, reservando el grado de Comandante Primero para Guevara. Luego de enviarle una carta al presidente democrático Arturo Illia anunciando su decisión de iniciar la lucha armada, el grupo fue sufriendo diferentes complicaciones que lo llevaron a un colapso completo en 1964. Algunos de sus miembros murieron en combate, como el cubano Hermes Peña, uno de los hombres del círculo íntimo de Guevara; otros fueron detenidos y Masetti desapareció en la selva sin dejar rastro.
   En ese contexto, en algún momento entre el 17 de marzo y el 17 de abril de 1964 el Che Guevara se reunió con Juan Domingo Perón en la casa que este último habitaba en su exilio en Madrid. El encuentro ha sido mantenido en el mayor de los secretos y solo ha podido conocerse recientemente. El Che le entregó a Perón fondos para apoyar su retorno a la Argentina, intento que fue impedido por el gobierno brasileño ese mismo año. Perón se habría comprometido a apoyar las iniciativas guerrilleras contra las dictaduras latinoamericanas, cosa que efectivamente hizo hasta 1973.
   El fracaso guerrillero en la Argentina lo llevó a evaluar la posibilidad de participar en otros lugares distintos de su país e incluso otros continentes. En ese sentido, África comenzó a aparecer como una posibilidad adecuada.
   En el combate de Quebrada del Churo, Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda, hecho prisionero junto con Simeón Cuba (Willy) y trasladado a La Higuera donde fueron recluidos en la escuela, en aulas separadas. Allí colocarían también los cadáveres de los guerrilleros muertos y también sería recluido al día siguiente, Juan Pablo Chang. Entre las pertenencias requisadas por los militares estaba el Diario que el Che llevaba en Bolivia.
   El 9 de octubre por la mañana el gobierno de Bolivia anunció que Ernesto Guevara había muerto en combate el día anterior. Simultáneamente llegaron el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez. Poco después del mediodía el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al Che Guevara. Existen dudas y versiones contradictorias sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos, pero lo cierto es que, tal como está registrado en el propio informe secreto de Félix Rodríguez, la CIA estaba presente en el lugar. Fue el agente Rodríguez quien recibió la orden de fusilar a Guevara y quien la transmitió a los oficiales bolivianos, así como fue él también quien le comunicó al Che Guevara que sería fusilado. Antes del fusilamiento Félix Rodríguez lo interrogó y lo sacó del aula para tomarle varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida. El propio Rodríguez relata ese momento de este modo:
   Salí de la habitación, aquello estaba lleno de soldados afuera. Me dirigí al Sargento Terán que sabía que estaba siendo de ejecutor de todo eso. Le dije, sargento hay instrucciones de su gobierno de eliminar al prisionero. Me puse la mano al nivel de la barbilla. No le tire de aquí para arriba, tírele de aquí para abajo pues se supone que este hombre haya muerto de heridas en combate. Sí mi capitán, sí mi capitán dijo. Era aproximadamente la una de la tarde de Bolivia. De ahí entonces me retire al lugar avanzado donde yo había fotografiado el diario y a la una y diez aproximadamente escuche una ráfaga pequeña.
   
“… Mandé a Teran que efectuara la orden. Le dije que debía dispararle (al Che) bajo el cuello ya que así podríamos probar que había sido muerto en combate. Teran pidió un fusil y entró a la sala con dos soldados: Cuando escuché los disparos anoté en mi cuaderno 1:10 pm, 9 de octubre de 1967.”
   Entrevista de Félix Ismael Rodríguez a Claudio Gatti.

Poco antes Simeón Cuba y Juan Pablo Chang habían corrido la misma suerte. En 1977 la revista Paris Match entrevistó a Mario Terán quien relató del siguiente modo los últimos instantes del Che Guevara:
   Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno me dijo y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.
   Curiosamente serían médicos cubanos quienes en 2007 devolverían la vista a Terán, en el marco de una de las campañas de solidaridad con el gobierno boliviano de Evo Morales; la noticia se dio a conocer por el periódico oficial Granma en el aniversario de la muerte de Guevara que decía;
   Mario Terán intentará con su crimen destruir un sueño y una idea, el ‘Che vuelve’ a ganar otro combate. Y continúa en campaña.
   El hijo de Terán pidió al periódico de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra que se publicara una nota de agradecimiento a los médicos cubanos por la labor realizada.
La tarde del 9 de octubre el cuerpo del Che Guevara fue llevado en helicóptero a Vallegrande y fue colocado en el lavadero del hospital Nuestro Señor de Malta, donde permaneció en exhibición pública durante ese día y todo el día siguiente, introduciéndosele gran cantidad de formaldehído para evitar la descomposición.
   Cientos de personas (soldados, pobladores, curiosos, periodistas) concurrieron a ver el cuerpo. Hay gran cantidad de fotos de esos momentos, en las que el Che aparece con los ojos abiertos. Las monjas del hospital y las mujeres de la villa señalaron su parecido con Jesucristo y cortaron mechones de su pelo para preservarlos como talismanes. Los soldados y funcionarios se quedaron con cosas que llevaba el Che al morir. Debido a que ya estaba decidido que se haría desaparecer el cuerpo del Che Guevara, como el del resto de los guerrilleros, la noche del 10 de octubre se le cortó las manos al cadáver para conservarlas como prueba de la muerte.
   Existen diversas versiones sobre el destino final del cadáver. El General Juan José Torres declaró que el cuerpo había sido cremado, mientras que el General Alfredo Ovando afirmó lo contrario. Hay consenso entre los militares bolivianos presentes en el lugar de que la orden de cremación fue real pero que no pudo ser ejecutada por carecer de los medios adecuados, y también para evitar una eventual reacción negativa de la población debido al hecho de que en Bolivia la cremación era ilegal. También existía cierto consenso en que el cadáver del Che había sido enterrado en la madrugada del 11 de octubre por el teniente coronel Selich, en una fosa diferente de los otros seis guerrilleros.
   Desde el mismo año de su muerte el gobierno cubano comenzó la investigación tendente al hallazgo de los restos del Che Guevara y sus compañeros, sin mayores resultados. En 1995 viajó a Bolivia el doctor Jorge González Pérez, entonces director del Instituto de Medicina Legal de Cuba, dando inicio al proceso que los encontraría en 1997.
   Entre diciembre de 1995 y marzo de 1996, se habían hallado los restos de cuatro compañeros de Guevara que habían muerto en el combate del 14 de octubre de 1967 en Cajones. Estos fueron, Jaime Arana Campero, Octavio de la Concepción de la Pedraja, Lucio Edilverto Garvan Hidalgo y Francisco Huanca Flores. La investigación tenía como objetivo la recuperación de todos los guerrilleros caídos. De los 36 cadáveres 23 estaban enterrados en Valle Grande y 13 en otras zonas.
   El 28 de junio de 1997, gracias a las declaraciones el General retirado Mario Vargas Salinas y las presiones internacionales que llevaron al gobierno boliviano de Gonzalo Sánchez a autorizar el inicio de investigaciones, un equipo de científicos cubanos encontró en Valle Grande siete cuerpos enterrados clandestinamente en una sola fosa común, e identificaron entre ellos, con apoyo del Equipo Argentino de Antropología Forense, que fue el primer grupo que llegó el 29 de noviembre de 1995, al de Ernesto Guevara y los de seis de sus hombres, Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), René Martínez Tamayo (Arturo), Orlando Pantoja Tamayo (Olo), Aniceto Reinaga (Aniceto), Simeón Cuba (Willy) y Juan Pablo Chang (El Chino).
   El cadáver, de acuerdo con el informe del equipo, carecía de manos, registraba un alto contenido de formaldehído, y llevaba ropa y elementos compatibles con los que se supone que tenía al momento de ser enterrado (se encontró cubierto con una chaqueta que en uno de los bolsillos tenía una bolsa con picadura de tabaco de pipa). El antropólogo Héctor Soto realizó el examen físico que mediante la definición de los rasgos frontales identificó a Guevara. Sin embargo, algunos analistas afirman que el cuerpo no es el del Che, ya que existen contradicciones insalvables entre el informe y la autopsia que se practicó al cadáver en 1967.
   El 12 de julio de 1997 los presuntos restos fueron llevados a Cuba, donde fueron recibidos por una multitud para ser sepultados en Santa Clara en el Memorial de Ernesto Guevara donde se encuentran actualmente los restos de la mayoría de los guerrilleros que le acompañaron en su expedición.



   
   Ernesto Guevara se casó dos veces y tuvo seis hijos.
   Su primer matrimonio fue con Hilda Gadea134 el 18 de agosto de 1955, en México. Hilda Gadea era una economista y dirigente peruana  a quien Guevara conoció en Guatemala.   Juntos tuvieron una hija:
   Hilda Beatriz Guevara Gadea (1956–1995), nacida el 15 de febrero de 1956.
   Ernesto Guevara se divorció de Hilda Gadea en 1959. Después de la Revolución Cubana, Hilda se instaló en Cuba donde desempeñó altos cargos. Escribió un libro sobre su ex esposo con el título de Che Guevara: los años decisivos (México: Aguilar Editor, 1972). Había nacido en 1925 y falleció en La Habana en 1974.
   Su segundo matrimonio fue con Aleida March Torres (n. 1936) el 9 de junio de 1959, en La Habana. Aleida March era una militante cubana del Movimiento 26 de Julio de la provincia de Las Villas a quien Guevara conoció en 1958 cuando desarrollaba su ofensiva final sobre el régimen de Batista, poco antes de la batalla de Santa Clara. Juntos tuvieron cuatro hijos:
   Aleida Guevara March, nacida el 17 de noviembre de 1960,
   Camilo Guevara March, nacido el 20 de mayo de 1962,
   Celia Guevara March, nacida el 14 de junio de 1963, y
   Ernesto Guevara March, nacido el 24 de febrero de 1965
   Aleida March preside el Centro de Estudios Che Guevara, ubicado en la casa que compartieron en La Habana.
   Según Jorge Castañeda, Ernesto Guevara tuvo también un hijo fruto de una relación extramatrimonial con Lidia Rosa López:
   Omar Pérez, nacido el 19 de marzo de 1964
   Aunque no fue reconocido, Ernesto Guevara habría elegido su nombre.

   La figura de Ernesto Guevara ha sido motivo de una gran cantidad de obras artísticas, tanto en Argentina y Cuba como en el resto del mundo. Sin duda alguna la más conocida es la canción Hasta siempre comandante, compuesta por Carlos Puebla, que se ha convertido en un clásico de la canción latinoamericana.

   Cine
   Varias películas han sido dedicadas total o parcialmente a la figura del Che Guevara, entre las que se destacan Diarios de motocicleta (2004) de Walter Salles y Evita (1996), de Alan Parker, y las recientes El argentino y Guerrilla del director Steven Soderbergh.
   Año    Película         Director          Actor protagonista
   2008   Guerrilla        Steven Soderbergh            Benicio del Toro
   2008   El argentino  Steven Soderbergh            Benicio del Toro
   2005   Che Guevara           Josh Evans  Eduardo Noriega
   2004   Diarios de motocicleta        Walter Salles            Gael García Bernal
  1969   Che!   Richard Fleischer   Omar Sharif
  1968   El 'Che' Guevara     Paolo Heusch          Francisco Rabal

   Música
  Cientos de canciones y obras musicales han sido inspiradas en el Che Guevara, en los más diversos ritmos, estilos e idiomas. Entre las más famosas se encuentran:

  • Hasta siempre, comandante, canción de Carlos Puebla.
  • Si el poeta eres tú, canción de Pablo Milanés.
  • El pueblo te ama Che Guevara, de La Mona Jiménez.
  • El hombre de la estrella, de La Renga, en su disco homónimo.
  • El aparecido, de Víctor Jara.
  • Nada más!, de Atahualpa Yupanqui.
  • Fashion revolución, de Los Violadores, en su disco Rey o reina. En el tema se critica la comercialización del Che.
  • Gallo Rojo, de y por los Fabulosos Cadillacs de su disco El León.
  • Esquina libertad, de Los Piojos, de su disco Tercer Arco.
  • Fusil contra fusil (1977), Hombre (1987)), América, te hablo de Ernesto de Silvio Rodríguez
  • Soldadito boliviano de Nicolás Guillén musicalizado por Paco Ibáñez
  • Papá cuéntame otra vez, de Ismael Serrano en el álbum Atrapados en azul
  • Murguita del Sur de Bersuit Vergarabat
  • Comandante amigo, canción de Alí Primera
  • Comandante Che Guevara, de Boikot
  • McGuevara's o CheDonald's, canción de Kevin Johansen
  • Comando Che Guevara, canción de Vendetta
  • Diario del Regreso, Obra musical. Poesía: Hamlet Lima Quintana. Música: Oscar Cardozo Ocampo. Intérprete: JAIRO.-
  • Hasta la victoria, siempre de La 25
  • Canción del elegido, de Silvio Rodríguez
  • Pandeirada do Che, canción del grupo de folk gallego Luar na lubre
  • Che, canción del grupo de ska Salida Nula
  • San Ernesto, de Mancha de Rolando
  • La primavera, de Mancha de Rolando
  • Tristeza en la muerte de un héroe, del chileno Pablo Neruda (1969)
  • Yo tuve un hermano del argentino Julio Cortázar
  • La serie de poemas dedicatorios llamada A Ras del Sueño del uruguayo Mario Benedetti (1967).
  • Che Guevara (1958), Che Comandante, Guitarra en duelo mayor, del cubano Nicolás Guillén
  • El poema visual Elegía al Che del español Joan Brossa (1978)
  • Credo del Che, del salvadoreño Roque Dalton
  • Pensamientos del argentino Juan Gelman
  • Sé que la delación existe del argentino Néstor Groppa


   Además existen algunos álbumes tributo, tales como ¡El Che vive! de 1997 e interpretado por varios artistas.

   Poesía
   Entre las más destacadas se encuentran:

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